El burka o la vida

La propuesta de ley del UPM francés para prohibir el uso en lugares públicos del "velo intregral", ha reactivado el debate sobre las libertades religiosas en países laicos como Francia. Por "velo integral" se entiende el burka afgano o la abaya con hiyad (que proviene de Arabia Saudí), aunque por extensión, se prohibiría cualquier prenda que cubra completamente el rostro. Una polémica similar se produjo en 2004 respecto al velo islámico que desembocó en una ley que prohíbe el uso de cualquier signo religioso en los lugares públicos, especialmente en las escuelas.

Cabe decir, sin embargo, que de todas las formas que tiene la mujer musulmana de curbirse la cabeza, ninguna es el "velo islámico".  De hecho, este concepto no existe como tal en el Corán. En ninguna parte se les exige a las mujeres cubrirse la cabeza, y mucho menos todo el cuerpo. Compruébenlo. El término hiyab aparece en el Corán en el sentido de "cortina", para separar espacios públicos de privados. La sura polémica es las siguiente: (24: 31): “...Y di a las creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos sino lo que de ellos sea aparente; así pues, que se cubran el escote con el Jimar". que si por un lado pide que ellas cubran sus senos, y no su cabeza, por otro, recomienda que lo hagan, no con hijab, sino con Jimar que era el tocado común de las mujeres en la península arábiga. Por lo tanto, con el texto en la mano, no podemos afirmar que el islam obligue a las mujeres a cubrirse. Si bien es cierto que el Corán no es la única fuente de ley,  las sunnas (tradiciones práctica de la religión), los hadiths (dichos del Profeta recogidos después de su muerte) y  los sermones de los ulemas o doctores de la fe no se ponen deacuerdo, aunque para la mayoría de creyentes, el Libro Sagrado es completo y acabado, y el silencio que guarda en algunos temas es precisamente para dar un espacio al sentido común y respetar la libertad del creyente.

La Umma incluye a malayos, persas, kurdos, árabes, turcos, chinos, caúcasos, turcomanos, tayicos, etre tantos otros, por lo tanto, es un poco soberbio pretender una vestimenta común para todos. Las mujeres de muchas de estas comunidades no utilizan ninguna forma del velo, y siguen llevando sus vestimentas étnicas y tradicionales. Pero esta libertad no es suficiente para el gobierno francés. Sólo legislar en este sentido garantizará, dicen, que las mujeres musulmanas residentes en la república francesa, gocen de libertad  verdadera. Habría que preguntarse si no han ejercido este derecho ya al colocar sobre su cabeza o su cuerpo una prenda que saben polémica. Cada vez son más las musulmanas conversas, cada vez más las que deciden cubrirse la cabeza, por voluntad propia. Pero nos gustan mucho más las historias que llegan del Yemen o Arabia Saudí, donde se aplica la Sharia a rajatabla y donde efectivamente, no se respetan los derechos de las mujeres. Ahí acaba nuestra observación y empieza nuetsro juicio. La comunidad de musulmanes no puede deifinirse como un todo, del mismo modo que los cristianos piensan, actuan y sienten distiantamente en distintos lugares y con distintas tradiciones.  Abanderados de la libertad, aplicamos los mismos estereotipos que rechazamos en otros casos. Libertad no significa dictar leyes sobre cómo vestir, libertad no es, desde luego, prohibir el burka porque suponemos que son los padres y maridos quienes les obligan a ponérselo. Libertad no es prohibir a nadie llevar un pañuelo, una cruz o una estrella, sino todo lo contrario.

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