Ya puestos, yo alargaría un poco más la lista. Prohibiría los tangas al descubierto, los tirantes transparentes, los calcetines blancos, las ombreras, el estampado de tigre y los vaqueros con cazadora a juego, porque me parecen un atentado al buen gusto. Y porque no creo que la dignidad de nadie se mida por los centrímetos de carne que enseña. De ser así, Pamela Anderson sería la mujer con más dignidad del planeta,mucho ojo.
No, gracias.
No se lo pierdan, resulta que además de dedicarnos un día al año, ahora a las mujeres, nos van a enseñar a ser libres. Nos mostrarán cómo vestir sin atentar a la dignidad o a la moralidad, pero sobre todo, cómo no hacerlo. A saber: No podemos taparnos la cara, ni llevar velo en según qué espacios públicos, no podemos cubrirnos con mantos largos -sobretodo si son oscuros, porque se ve que eso, nos priva de libertad. Pero sí podemos pasear prácticamente desnudas, podemos pintarnos como mapaches, hacernos crestas, rastas, trenzas, o lo que se tercie. Podemos ir descalzas o intentar mantener el equilibrio en tacones altos, pero no se nos ocurra ponernos un velo. Se supone que el velo no lo escogemos, pero los tacones sí. Pero a mí me cuesta creer que nos vistamos para nosotras, me cuesta mucho. Porque los tacones duelen. Y eso es así en todas partes. Nos vestimos para nuestro entorno, y si ese entorno lleva burka, estaremos acostumbradas a llevarlo,del mismo modo que hemos vuelto a las converse y a los pitillos.